El palacio Apadana de Susa, el palacio de Darío I, el palacio de Susa o localmente conocido como “Kakh-e Apadana” es un antiguo palacio real situado en la histórica ciudad de Susa, a cien kilómetros de Ahvaz, en la provincia de Juzestán. Este palacio fue construido por Darío I en la época aqueménida en la ciudad de Susa, que había sido tomada por Ciro el Grande en 538 a. C. Cambises II el hijo de Ciro decidió trasladar la capital del imperio de Pasargada a Susa. Las ruinas del palacio de Apadana fueron encontradas durante las excavaciones arqueológicas entre 1932 y 1935. El palacio de Apadana es lo que representa la antigua Susa inscrito como patrimonio de la humanidad de la UNESCO junto con otras ruinas excavadas (la Acrópolis y la Villa Real) en la zona. Algunas partes del palacio de Apadana como un panel decorativo, una columna y etc., están expuestas al público en el museo Louvre de Paris.
El gran palacio de Apadana fue construido por Darío I, rey del imperio aqueménida, sobre las ruinas elamitas ente el 515 y 525 a. C. Susa fue la capital favorita de Dario I y el no dudó en construir su palacio con altas tecnologías y mejores diseños de aquel entonces. Las obras de construcción del palacio Apadana continuaron durante el reinado de Jerjes, Artajerjes I y Darío II. Artajerjes II tuvo un papel importante en la restauración parte del palacio que fue dañado por un incendio cincuenta años antes durante el reinado de Artajerjes I. Desgraciadamente el palacio de Apadana junto con otros palacios aqueménides fueron destruidos totalmente durante la invasión de Alejandro Magno.
El palacio de Apadana fue una obra de arte del imperio aqueménida en una superficie de 12 hectáreas sobre una terraza artificial. La arquitectura del palacio está inspirada en los diseños neo babilonio con detalles nuevos y originales como las salas cuadradas sostenidas por cuatro columnas vistas en Persépolis, la estructura construida también por Darío I y paralelamente con el palacio de Apadana. Las paredes del palacio están hechas de ladrillos cocidos al sol con una fachada de ladrillo, y los pilares son de piedra. El palacio de Dario I, consta de una gran entrada, la cual fue el único punto de acceso al palacio y la unía con la Villa Real, un pabellón con una dimensión de 58 metros por 58 metros teniendo 36 columnas con 20 metros de altura, una sala de entretenimiento, tres patios centrales y cientos de salas y pabellones descubiertos. Los muros interiores del palacio están adornados con ladrillos esmaltados grabados que representan a los soldados de la guardia del león alado y adornados con flores de loto cuyos restos los puedes encontrar en museos locales como el museo nacional de Irán y extranjeros como el museo Louvre de Paris.
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